No hay evento en Mexicali que pase desapercibido para el lente de Victor.
Dominio total tanto de la fotografía a color como del blanco y negro.
Es en monocromático donde podemos encontrar su trabajo más apasionante.
Con Medina se pueden oler las dificultades del día a día en las calles: la prisa, la inseguridad, la tragedia, el golpeteo incesante de la desigualdad.
Su estilo es directo y, en la mayoría de las ocasiones, invita a una reflexión que va más allá de la mera cualidad informativa del fotoperiodismo.
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No hay evento en Mexicali que pase desapercibido para el lente de Victor.
Dominio total tanto de la fotografía a color como del blanco y negro.
Es en monocromático donde podemos encontrar su trabajo más apasionante.
Con Medina se pueden oler las dificultades del día a día en las calles: la prisa, la inseguridad, la tragedia, el golpeteo incesante de la desigualdad.
Su estilo es directo y, en la mayoría de las ocasiones, invita a una reflexión que va más allá de la mera cualidad informativa del fotoperiodismo.